Ayudando al cuerpo a ayudarse a sí mismo
Los pacientes hipotensos, como los que experimentan shock o, en casos extremos, paro cardíaco, requieren una mejora en el flujo sanguíneo para proporcionar oxígeno suficiente a los órganos vitales. La mala perfusión produce una supervivencia deficiente y un compromiso de la función neurológica. Una forma de mejorar los resultados es regular la presión intratorácica negativa mediante el uso de la regulación de la presión intratorácica (IPR, por sus siglas en ingles), una terapia innovadora que aprovecha la propia fisiología del cuerpo.