Artículo original: doi: 10.1503/cmaj.210878
La ketamina es un anestésico disociativo que ha demostrado eficacia en el manejo del dolor agudo y la depresión resistente al tratamiento. Estas son las 5 cosas que debes saber sobre la Ketamina.
La ketamina es un derivado de la fenciclidina (PCP) que ejerce sus efectos principalmente a través de la inhibición del receptor de N-metil-D-aspartato1. A dosis bajas (0,1-0,3 mg/kg), la ketamina produce principalmente analgesia. La anestesia disociativa y los efectos psicomiméticos ocurren con dosis más altas (≥ 1,0 mg/kg).
La ketamina en dosis bajas es un analgésico eficaz en varios entornos. La ketamina intravenosa en dosis subanestésicas reduce las puntuaciones de dolor posoperatorio y aumenta el tiempo hasta la primera solicitud de analgésicos de los pacientes.3 Para el dolor agudo, la ketamina en dosis bajas tiene efectos analgésicos comparables a la morfina, con una necesidad similar de analgesia de rescate.4 La ketamina se puede administrar por vía parenteral como un infusión intermitente (durante 10-15 min) o continua. Los médicos deben comenzar con una dosis baja (0,1 mg/kg cada 4 horas para infusión intermitente; 0,1 mg/kg/h para infusión continua) y aumentar si es necesario, hasta una dosis máxima de 0,35 mg/kg (intermitente) o 0,25 mg/kg. /h (continuo).
Los efectos adversos asociados con dosis más altas de ketamina (náuseas, vómitos, sueños vívidos, alucinaciones, disociación) no ocurren con más frecuencia con las dosis utilizadas para tratar el dolor que con el placebo.2,3 Los estudios que comparan ketamina en dosis bajas versus morfina para el tratamiento del dolor agudo no muestran diferencias en la incidencia de eventos adversos.
No se recomienda la ketamina en pacientes con psicosis, enfermedad cardiovascular grave o disfunción hepática.2 Dados los datos limitados sobre la seguridad en el embarazo, los médicos deben buscar la opinión de expertos si consideran su uso en este entorno.
Cuando se agrega a los opioides para el manejo del dolor agudo, la ketamina reduce las puntuaciones de dolor y la dosis total de opioides sin aumentar la sedación u otros efectos adversos.2 También evita la depresión respiratoria asociada con los opioides. Los beneficios pueden extenderse más allá de la estadía en el hospital, ya que se ha informado una reducción del consumo de opioides después del alta en pacientes tratados perioperatoriamente con ketamina intravenosa.
Los tres grupos principales involucrados en la adaptación y el desarrollo de este plan de estudios de RCP incluyen la AHA, la Cruz Roja Americana (ARC) y American Safety & Health Institute (ASHI).
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La ketamina es un anestésico disociativo que ha demostrado eficacia en el manejo del dolor agudo y la depresión resistente al tratamiento.
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